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09-10-2019, 10:30 PM
Hola amigos foreros, hoy me decido a escribir mi historia para dar testimonio de que si hay personas que nos pueden ayudar en nuestros peores momentos.
Hace ya unos 7 años que entré a trabajar en una empresa pequeña como secretaria ejecutiva, me gustaba mi trabajo y me iba bien, aunque con el tiempo sentí que mi jefe estaba interesado en mí, yo muy cortésmente trataba de mantenerlo a raya porque realmente no me interesaba. En la misma empresa pero en otro departamento trabajaba un chico muy buen mozo de nombre Martín, al que tuve la oportunidad de conocer en un compartir que hicimos por los cumpleañeros del mes de la oficina. Poco a poco nos fuimos conociendo y compartiendo, hasta hacernos novios. Al año de estar de novios él me pidió que viviéramos juntos, yo no estaba tan segura, quería comenzar a ahorrar para tener cierta estabilidad y así tomar ese paso en nuestra relación. El me comprendió, siempre era muy comprensivo, cariñoso, amable, respetuoso y aceptó mis condiciones. Los 2 nos comprometimos a ahorrar todo lo que podíamos para mudarnos juntos. Al tiempo lo hicimos, comenzamos a buscar un piso, encontramos un piso soñado y empezamos a vivir juntos. Nos iba muy bien, compartíamos las labores y todo marchaba estupendo. Por otro lado mi jefe siempre me decía para salir a comer o tomarnos unas copas a lo que yo gentilmente no aceptaba, creo que estaba un poco obsesionado conmigo, pero como me gustaba mi trabajo trataba de sobrellevar las cosas en paz. Mi relación estuvo muy bien por más de 4 años, hasta que comencé a notar que Martín estaba un poco frio en la intimidad, lo hablé con él y le pregunté qué pasaba, él solo me dijo que no se sentía muy bien, que tenía refriado. Luego se volvieron recurrentes las excusas para no estar conmigo, gastritis, estrés, dolor de cabeza. Poco a poco la situación fue empeorando, cambió radicalmente conmigo de la noche a la mañana, se volvió un hombre frío, prepotente, déspota, me humillaba, me gritaba, yo no entendía que estaba pasando y no sabía qué hacer. Hasta que un día llegó y me dijo: “Sabes que, me tienes cansado mejor dejémoslo”. Me quedé helada, me dijo que como el contrato del piso estaba a su nombre lo mejor era que yo me marchara, le dije que yo no tenía a donde ir que por favor lo reconsiderara, se lo dije porque en verdad no tenía a donde ir y también un poco ganando tiempo para ver si lográbamos rescatar nuestra relación, pero no salió como esperaba, quedamos de acuerdo en que le pagara algunas cosas y se fue, recogió todas sus cosas y me dejó. Yo venía mal de todo el cambio drástico, la humillación y el maltrato que recibí de él y con su ida, terminó de destruirme. Entré en un cuadro depresivo, mi jefe lo notó he intento ayudarme, me decía que necesitaba distraerme, me insistió por varios días hasta que un día un poco fastidiada por su insistencia acepté. Fuimos a cenar a un buen restaurant, al llegar él saludó a una chica joven y bonita que resultó ser su hija, me la presentó, fue muy amable y luego de hablar un poco con su papa se fue hacia las mesas de la terraza del restaurant, pasamos a nuestra mesa, mi jefe pidió un buen vino y comenzamos a tomar una copa y conversar mientras esperábamos la comida, en un momento comencé a ver hacia la terraza del restaurant y vi como la hija de mi jefe se levantaba para recibir a su acompañante, y sentí como mi corazón se partía totalmente al ver que el hombre al que saludaba afectuosamente con un beso en la boca era mi Martín, no sabía cómo actuar, se me puso tal nudo en la garganta que no podía ni tragar el vino, me comencé a sentir mareada, mi jefe me preguntó que me sucedía que me veía muy pálida, le dije que sentía que me había bajado la tensión, que me sentía un poco mal, se ofreció a llevarme a un lugar de atención medica pero le dije que no era necesario, que mejor me dejara en casa. Esa noche no pude dormir, lo único que hacía era llorar y gritar y llorar, al día siguiente no pude ir al trabajo, de hecho, llamé para pedir una semana de permiso, a mi cabeza llegaban muchas ideas locas. Fui a buscar a mi pareja, y le dije que lo había visto, que si era por otra mujer me lo podía haber dicho, que no hubo necesidad de llegar a tratarme como lo hizo y que no entendía sus mentiras y sus malos tratos, se alteró de una manera que jamás había visto, se alteró al punto de darme una fuerte cachetada, me fui llorando, horrorizada del cambio tan sorprendente que había tenido el hombre del que me había enamorado y al lado de quien había sido feliz por más de 6 años. No podía creer que mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, algo más tenía que estar pasando. Busqué ayuda, primero contacte con una señora Argentina que dijo que podía ayudarme pero no sucedió nada, eso me deprimió aún más, luego buscando por internet llegue a un foro donde se hablaba mucho de una señora llamada Doctora SEDIT, trate de contactarla pero su agenda estaba copada y no podía atenderme en ese momento, me dio cita para la semana entrante, pero al tercer día no podía más y la llamé llorando y desesperada pidiéndole ayuda, no sé cómo hizo pero al día siguiente me atendió vía telefónica, fue muy acertada en todo lo que me dijo, esta otra mujer había estado detrás de mi pareja por más de un año, me dijo que estaba muy obsesionada con él y que había hecho de todo para hacer que el volteara a verla, que se había tardado todo este tiempo porque él me amaba mucho y costó bastante para que el trabajo que ella le hizo hiciera efecto, que por eso había sido el cambio de la noche a la mañana, que ella al fin logró lo que quería, que mi pareja me aborreciera para poder estar con ella. Le pregunté que si me podía ayudar, porque yo estaba muy enamorada de mi pareja y quería recuperarlo, me dijo que no sería tan sencillo que teníamos que hacer varias cosas y que yo tenía que comprometerme a seguir al pie de la letra todas sus recomendaciones, al ver que había esperanzas no lo dude, contrate sus servicios y cumplí con lo que me decía, una dieta especial, hábitos que tenía que dejar o adoptar mientras que durara el trabajo, no puedo mentir pasé 2 noches sin dormir, con dolor de cabeza, un poco de mareos entre otros malestares, la primera noche lo dejé pasar por todos los días de angustia y desesperación que había vivido, pero al ver que la segunda noche fue igual decidí llamar a la Doctora Sedit para contarle y me dijo que era normal por el trabajo que estábamos haciendo, que estaba removiendo mucha energía y que poco a poco iban a disminuir los síntomas, que tuviera paciencia que pronto veríamos los resultados, eso me dejó tranquila. Al día siguiente me llamó para decirme que teníamos que hacer algo más porque había visto que había un hombre mayor, una figura de cierta autoridad que estaba un poco obsesionado conmigo y que podría traerme problemas, enseguida pensé en mi jefe, le dije que lo hiciéramos y así continuamos, a los días Martín me llamó llorando, arrepentido y rogándome que nos viéramos para hablar, según me había indicado Sedit, eso pasaría y yo no debía a aceptar esa primera invitación, en ese momento teníamos que reforzar el trabajo para terminar de destruir todo rastro de lo que había hecho esa otra mujer, Martín siguió insistiendo, casi todos los días me llamaba. Hasta que la Doctora me dijo que ya podía verlo, ese día me sentí muy feliz. Martín estaba tan mal, casi no me podía ver a la cara de lo avergonzado que se sentía, me dijo que no entendía porque había actuado de esa manera si él me amaba con todo su ser, lloró de todos los malos tratos que me había hecho y le partía el alma de solo pensar en la cachetada que llegó a darme, me prometió que jamás cometería esos errores, que no estaba dispuesto a perderme, que no le alcanzaría la vida para compensar todo el daño que me había hecho. Le di otra oportunidad y de verdad que ha vuelto a ser el hombre dulce, cariñoso, detallista y respetuoso del que me enamoré, a pesar de que me ha costado borrarme de la mente la cachetada que me dio, la Doctora Sedit me ha estado ayudando para que pueda superarlo. Puedo decir que hoy me siento muy feliz y que llevo una relación espectacular con Martín y todo es gracias a la gran ayuda de la Doctora SEDIT. Si has pasado por algo parecido y crees que ya no tienes solución te dejo el correo de la Doctora, para ella no hay imposibles, su correo es brujasedit-hotmail.com y su whatsapp +1 347 916 3111. No pierdan las esperanzas.
Hace ya unos 7 años que entré a trabajar en una empresa pequeña como secretaria ejecutiva, me gustaba mi trabajo y me iba bien, aunque con el tiempo sentí que mi jefe estaba interesado en mí, yo muy cortésmente trataba de mantenerlo a raya porque realmente no me interesaba. En la misma empresa pero en otro departamento trabajaba un chico muy buen mozo de nombre Martín, al que tuve la oportunidad de conocer en un compartir que hicimos por los cumpleañeros del mes de la oficina. Poco a poco nos fuimos conociendo y compartiendo, hasta hacernos novios. Al año de estar de novios él me pidió que viviéramos juntos, yo no estaba tan segura, quería comenzar a ahorrar para tener cierta estabilidad y así tomar ese paso en nuestra relación. El me comprendió, siempre era muy comprensivo, cariñoso, amable, respetuoso y aceptó mis condiciones. Los 2 nos comprometimos a ahorrar todo lo que podíamos para mudarnos juntos. Al tiempo lo hicimos, comenzamos a buscar un piso, encontramos un piso soñado y empezamos a vivir juntos. Nos iba muy bien, compartíamos las labores y todo marchaba estupendo. Por otro lado mi jefe siempre me decía para salir a comer o tomarnos unas copas a lo que yo gentilmente no aceptaba, creo que estaba un poco obsesionado conmigo, pero como me gustaba mi trabajo trataba de sobrellevar las cosas en paz. Mi relación estuvo muy bien por más de 4 años, hasta que comencé a notar que Martín estaba un poco frio en la intimidad, lo hablé con él y le pregunté qué pasaba, él solo me dijo que no se sentía muy bien, que tenía refriado. Luego se volvieron recurrentes las excusas para no estar conmigo, gastritis, estrés, dolor de cabeza. Poco a poco la situación fue empeorando, cambió radicalmente conmigo de la noche a la mañana, se volvió un hombre frío, prepotente, déspota, me humillaba, me gritaba, yo no entendía que estaba pasando y no sabía qué hacer. Hasta que un día llegó y me dijo: “Sabes que, me tienes cansado mejor dejémoslo”. Me quedé helada, me dijo que como el contrato del piso estaba a su nombre lo mejor era que yo me marchara, le dije que yo no tenía a donde ir que por favor lo reconsiderara, se lo dije porque en verdad no tenía a donde ir y también un poco ganando tiempo para ver si lográbamos rescatar nuestra relación, pero no salió como esperaba, quedamos de acuerdo en que le pagara algunas cosas y se fue, recogió todas sus cosas y me dejó. Yo venía mal de todo el cambio drástico, la humillación y el maltrato que recibí de él y con su ida, terminó de destruirme. Entré en un cuadro depresivo, mi jefe lo notó he intento ayudarme, me decía que necesitaba distraerme, me insistió por varios días hasta que un día un poco fastidiada por su insistencia acepté. Fuimos a cenar a un buen restaurant, al llegar él saludó a una chica joven y bonita que resultó ser su hija, me la presentó, fue muy amable y luego de hablar un poco con su papa se fue hacia las mesas de la terraza del restaurant, pasamos a nuestra mesa, mi jefe pidió un buen vino y comenzamos a tomar una copa y conversar mientras esperábamos la comida, en un momento comencé a ver hacia la terraza del restaurant y vi como la hija de mi jefe se levantaba para recibir a su acompañante, y sentí como mi corazón se partía totalmente al ver que el hombre al que saludaba afectuosamente con un beso en la boca era mi Martín, no sabía cómo actuar, se me puso tal nudo en la garganta que no podía ni tragar el vino, me comencé a sentir mareada, mi jefe me preguntó que me sucedía que me veía muy pálida, le dije que sentía que me había bajado la tensión, que me sentía un poco mal, se ofreció a llevarme a un lugar de atención medica pero le dije que no era necesario, que mejor me dejara en casa. Esa noche no pude dormir, lo único que hacía era llorar y gritar y llorar, al día siguiente no pude ir al trabajo, de hecho, llamé para pedir una semana de permiso, a mi cabeza llegaban muchas ideas locas. Fui a buscar a mi pareja, y le dije que lo había visto, que si era por otra mujer me lo podía haber dicho, que no hubo necesidad de llegar a tratarme como lo hizo y que no entendía sus mentiras y sus malos tratos, se alteró de una manera que jamás había visto, se alteró al punto de darme una fuerte cachetada, me fui llorando, horrorizada del cambio tan sorprendente que había tenido el hombre del que me había enamorado y al lado de quien había sido feliz por más de 6 años. No podía creer que mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, algo más tenía que estar pasando. 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Martín estaba tan mal, casi no me podía ver a la cara de lo avergonzado que se sentía, me dijo que no entendía porque había actuado de esa manera si él me amaba con todo su ser, lloró de todos los malos tratos que me había hecho y le partía el alma de solo pensar en la cachetada que llegó a darme, me prometió que jamás cometería esos errores, que no estaba dispuesto a perderme, que no le alcanzaría la vida para compensar todo el daño que me había hecho. Le di otra oportunidad y de verdad que ha vuelto a ser el hombre dulce, cariñoso, detallista y respetuoso del que me enamoré, a pesar de que me ha costado borrarme de la mente la cachetada que me dio, la Doctora Sedit me ha estado ayudando para que pueda superarlo. Puedo decir que hoy me siento muy feliz y que llevo una relación espectacular con Martín y todo es gracias a la gran ayuda de la Doctora SEDIT. Si has pasado por algo parecido y crees que ya no tienes solución te dejo el correo de la Doctora, para ella no hay imposibles, su correo es brujasedit-hotmail.com y su whatsapp +1 347 916 3111. No pierdan las esperanzas.